Close Hay algo en el sexo estilo perrito que lo hace especial. Será el hecho de que puedas marcar el ritmo tú siendo hombre y de que puedas tomar las nalgas y darle unas buenas nalgadas mientras ella goza con tu energía y tu vigor. Nada como follar por detrás para sentirse bien. Así es como la mayoría de los animales lo hace, sobre todo los mamíferos, y nosotros por supuesto, somos mamíferos, así que no es de extrañarse que nos guste hacerlo de esa manera. Es más, el hombre lo ha hecho así desde un principio, cuando vivía en las cavernas. Las mujeres o hembras en ese entonces, no se tendían en la famosa posición del misionero, ni en ninguna de las otras que se inventaron luego con el correr del tiempo. No. Recordemos que el hombre no siempre caminó erecto, esto tomó un tiempo, entonces es natural que cuando este todavía arrastraba los nudillos e incluso cuando ya se empezaba a erguir, tuviera sexo desde atrás, mientras la hembra estaba en cuatro patas o agachada por algún motivo. Porque estos hombres primitivos no decidían cuando follar, bueno, a veces si, pero la mayoría del tiempo las hembras eran fornicadas por los machos cuando estas se agachaban a beber agua de algún río, arroyo, estanque o riachuelo, y siempre que los machos veían el trasero de la hembra de esta manera no podían evitar montarla, con o sin su consentimiento. Entonces es lógico, lo llevamos en los genes,  en lo más profundo de nuestra mente. Es una costumbre que se mantuvo a lo largo de la evolución. Además seamos honestos, esta posición nos da mucho placer, de hecho, nos corremos,  acabamos o eyaculamos mucho más rápido cuando nos follamos a nuestra chica así. Tal vez se deba a que somos muy visuales, y esta posición nos permite tener una buena vista de lo que nos estamos empotrando, es decir, podemos ver bien el cuerpo de la chica, su trasero, sus nalgas, su espalda, sus senos colgando, su cara de placer, y esto nos hace irnos más rápido. Después de todo el cerebro es el órgano sexual más grande que tiene el ser humano.